Tiempo de preparación
20 min
Tiempo de cocinado
90 min
Tiempo total de cocinado
110 min
Número de comensales
4
Tipo de plato
Entrante
Especialidad de
Alemania
La Erbsensuppe es uno de esos platos tradicionales que nos transporta directamente a las mesas de los hogares alemanes. Esta sopa de guisantes, que es un básico en las frías tardes de invierno en Alemania, se caracteriza por ser nutritiva, reconfortante y fácil de preparar.
Se disfruta en todo el país, desde las zonas rurales hasta las grandes ciudades, y es considerada por muchos como un plato casi medicinal. Con un sabor profundo gracias a su base de guisantes y carne, la Erbsensuppe no solo satisface, sino que también aporta una sensación de calidez que solo los guisos caseros pueden ofrecer.
Los ingredientes son simples, pero el resultado es un plato que impresiona por su sabor y textura. Así que, si te gustan las sopas alemanas contundentes y llenas de tradición, ¡esta receta es para ti!
Preparar Erbsensuppe o sopa de guisantes paso a paso
Si bien existen muchas variaciones de esta sopa, la receta tradicional alemana suele llevar ingredientes como guisantes partidos, carne de cerdo y una buena dosis de especias, todo cocido lentamente para permitir que los sabores se desarrollen.
- Preparación inicial de los ingredientes: Lo primero que necesitamos es asegurarnos de que los guisantes estén bien lavados. Para ello, colócalos en un colador y enjuágalos bajo el grifo con agua fría. Luego, pela las zanahorias y las patatas y córtalas en trozos pequeños. Haz lo mismo con la cebolla, que debes cortar en cubos finos. La panceta curada o el tocino ahumado deben ser picados en trozos pequeños, ya que estos aportarán un sabor delicioso y profundo a la sopa. Si estás usando un hueso de jamón, asegúrate de tenerlo listo para añadirlo más tarde en el proceso de cocción.
- Sofrito inicial: En una olla grande, derrite la mantequilla a fuego medio. Añade la cebolla picada y sofríe hasta que se ablande y adquiera un color dorado. Este proceso debe ser lento para que la cebolla libere todos sus azúcares naturales y dé un sabor dulce y profundo a la base de la sopa. Añade las zanahorias y las patatas a la olla y sigue cocinando por unos minutos más, removiendo ocasionalmente para evitar que se peguen al fondo de la olla.
- Añadir el tocino y el hueso de jamón: Cuando las verduras estén ligeramente doradas, añade la panceta picada o el tocino ahumado a la olla. Remueve bien para que la grasa del tocino se mezcle con las verduras. Deja que se cocine todo junto durante unos 5 minutos. Si has optado por usar un hueso de jamón, añádelo en este momento para que se mezcle con los ingredientes y aporte su sabor a la sopa.
- Cocer los guisantes: Una vez que todos los ingredientes estén bien integrados, es hora de añadir los guisantes secos. Incorpóralos a la olla y mézclalos con el sofrito y el tocino. Luego, agrega el caldo de carne (puedes usar caldo casero o de cubo, aunque el caldo casero es mucho más sabroso). Asegúrate de que el caldo cubra completamente los ingredientes en la olla. Añade las hojas de laurel y un toque de sal y pimienta al gusto. Lleva a ebullición.
- Cocción lenta: Cuando empiece a hervir, reduce el fuego y deja que la sopa se cocine a fuego lento durante aproximadamente 1 hora. Durante este tiempo, el guisante se irá deshaciendo, creando una textura espesa y cremosa. Es importante no apresurar este paso, ya que la cocción lenta es lo que garantiza que los sabores se mezclen de forma armoniosa. Si es necesario, agrega un poco más de caldo durante la cocción si la sopa se espesa demasiado.
- Triturar (opcional): Cuando los guisantes estén completamente cocidos y la sopa tenga una consistencia espesa, puedes optar por triturar parte de la sopa con una batidora de mano para obtener una textura más suave, aunque la receta tradicional suele dejarla con una consistencia más rústica. Si prefieres una sopa más espesa, simplemente deja que los guisantes se deshagan completamente durante la cocción.
- Rectificar de sal y pimienta: Antes de servir, prueba la sopa y ajusta la sal y la pimienta al gusto. Si deseas darle un toque especial, añade una cucharadita de mostaza alemana, lo que aportará un sabor ácido que contrasta perfectamente con la dulzura de los guisantes y las verduras.
- Servir y decorar: Sirve la sopa caliente, espolvoreada con un poco de perejil fresco picado. Este toque verde no solo aporta color al plato, sino también frescura. La Erbsensuppe se disfruta mejor acompañada de pan crujiente o, en ocasiones, con un poco de pan de centeno alemán, que le da un toque auténtico a la experiencia.
La Erbsensuppe es una receta de lo más versátil. Si quieres adaptarla a diferentes gustos o necesidades, puedes experimentar con las carnes que añades. En lugar de tocino, se puede usar carne de cerdo desmenuzada o incluso algún tipo de salchicha alemana, como la Bockwurst, para darle un toque diferente. También puedes incorporar más verduras, como apio o puerro, si te gustan las sopas más aromáticas.
En cuanto a los guisantes, si no puedes conseguir los secos, siempre puedes optar por guisantes frescos o congelados, aunque la textura no será la misma. Sin embargo, los guisantes secos son los auténticos en esta receta, ya que se cocinan lentamente y se deshacen en el caldo, creando la textura espesa que caracteriza la sopa.
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¡Anímate a probarla y disfruta de un pedacito de Alemania en tu hogar!