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Historia de la Currywurst: la salchicha más callejera

La currywurst no podía inventarse en otro lugar que no fuese Berlín, una ciudad siempre abierta a la experimentación…, pero, ¿sabes cómo se creó?

El desconocido origen de la Currywurst

El 4 de septiembre de 1949 hacía frío y llovía en Berlín Occidental. La ciudad estaba en plena reconstrucción tras haber sido castigada por la Segunda Guerra Mundial, y las tropas estadounidenses y británicas circulaban por todas partes entre los escombros.

Herta Heuwer, que regentaba un bar en el barrio de Charlottenburg, acababa de hacer un intercambio con unas tropas británicas: algo de alcohol por un pequeño recipiente de curry en polvo. Ella mezcló ese curry con un poco de salsa de tomate, incorporó una pizca de azúcar, una pizca de sal y unas gotas de Worcestershire a la mezcla, y vertió la salsa sobre con una salchicha de cerdo.

Así había nacido la famosa currywurst.

Nadie sabe con exactitud si el origen es exactamente así, ni siquiera si la señora Heuwer es la verdadera inventora de la currywurst, ya que existen otras teorías acerca de su creación. Hasta el momento, esta es la historia más respetada.

Sea cual sea su verdadero origen, la currywurst se ha convertido en la comida callejera preferida de los alemanes (sobre todo en Berlín), y se ha convertido en uno de los tipos de salchicha más famosas del mundo.

Por dar algún dato interesante, cada año se consumen más de 850 millones de currywursts en el país germano. Y lo que es más, el 80% de los alemanes consideran el currywurst una parte fundamental de su dieta. ¡Hasta tiene su propio museo!

¿A qué se debe esta locura por un plato aparentemente simple?

En esencia, la currywurst es una comida callejera sencilla, algo que se puede comer de pie, sobre la marcha o a última hora de la noche, después de unas cuantas cervezas de más. Podríamos decir que la currywurst es a Alemania lo que la pizza a Italia, los perritos calientes a Estados Unidos o el fish and chips al Reino Unido.

Lo que puedes tener por seguro es que no habrá dos alemanes que se pongan de acuerdo sobre el currywurst perfecto. A algunos les gusta con el sabor dulce del curry indio, a otros con un toque de mostaza en polvo y a otros picante con sabor a chile o citronela.

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Currywurst con patatas fritas.

Por otra parte también está la cuestión de cómo se toma el currywurst. Los wurstbude, los tradicionales puestos callejeros de salchichas, suelen servir la currywurst en pequeños platos, ya sean sólas, con patatas fritas, pan blanco o pan integral. Eso sí, sólo hay un no: el ketchup. Los alemanes lo consideran casi algo anticultural.

Independientemente de las variedades y de los debates sobre qué puesto de currywurst se lleva la palma, todos estarán de acuerdo en que este plato forma parte de la cultura alemana.

¿Ya la has probado?