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receta de sopa de cebolla estilo alemán

Zwiebelsuppe: la sopa de cebolla al estilo alemán

Tiempo de preparación

15 min

Tiempo de cocinado

45 min

Tiempo total de cocinado

3 min

Número de comensales

3

Tipo de plato

Entrante

Especialidad de

Bávara

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Si hay un plato que abraza desde el primer sorbo, es sin duda la Zwiebelsuppe, o sopa de cebolla alemana. A diferencia de su pariente francesa, la versión germana de este clásico plato se distingue por su enfoque rústico, su sabor profundo de caldo de carne y el uso de productos de gran calidad típicos de Alemania. Es habitual encontrarla en las tabernas bávaras, servida en cuencos de barro y gratinada con queso fundente que cruje al romperlo con la cuchara. Ideal para los meses fríos del año o como primer plato en una comida festiva.

Y no, esta no es una sopa cualquiera. La cebolla se convierte en protagonista absoluta gracias a una caramelización lenta que libera su dulzor natural, y al maridaje con un buen vino blanco Riesling seco que le aporta acidez y complejidad. El pan de centeno alemán, tostado y cubierto con queso Allgäuer, añade textura y un final espectacular. ¿Te animas a prepararla en casa? Acompáñame paso a paso y descubre cómo transformar unos ingredientes sencillos en una experiencia reconfortante y gourmet.


Receta de Zwiebelsuppe paso a paso

  1. Prepara las cebollas como un maestro bávaro
    Pela las cebollas y córtalas en rodajas finas. En esta receta la paciencia es tu mejor aliada. Lo ideal es usar cebollas dulces de cultivo alemán, como las que se encuentran en Franconia, que se caramelizan mejor. Si deseas un toque más profundo, añade un diente de ajo picado.
  2. Carameliza lentamente en mantequilla y aceite de colza
    En una olla amplia, derrite la mantequilla alemana junto con el aceite de colza. Añade las cebollas y sofríe a fuego bajo durante al menos 25 minutos. Remueve con frecuencia para que se doren de forma homogénea sin quemarse. La clave está en que el azúcar natural de la cebolla se convierta en un color ámbar intenso y un aroma dulce.
  3. Deglasa con vino blanco Riesling
    Añade el vino blanco Riesling seco, uno de los emblemas de la viticultura alemana. Deja que el alcohol se evapore durante 2 o 3 minutos mientras remueves, asegurándote de despegar los sabores caramelizados del fondo de la olla.
  4. Añade el caldo de carne y las especias
    Incorpora el litro de caldo de carne caliente. Este debe ser casero y potente, elaborado con huesos de ternera cocidos durante horas. Agrega también la hoja de laurel, una pizca de sal, pimienta negra recién molida y una pizca muy ligera de nuez moscada. Cocina a fuego medio durante 20 minutos más para que los sabores se integren.
  5. Prepara el pan y el queso para gratinar
    Corta el pan de centeno en rebanadas no muy gruesas y tuéstalo ligeramente en el horno o una sartén seca. Ralla el queso Allgäuer Emmentaler —famoso por su sabor intenso y buena capacidad de fundido— y resérvalo.
  6. Monta y gratina la sopa como en los Wirtshaus
    Reparte la sopa caliente en cuencos resistentes al horno. Coloca una rebanada de pan tostado encima de cada uno, y cúbrela con abundante queso rallado. Gratina en horno precalentado a 200 °C hasta que el queso burbujee y se dore.
  7. Sirve caliente y disfruta como en Alemania
    Sirve inmediatamente, espolvoreando si deseas un poco más de pimienta negra. Acompaña con una copa de vino blanco o una cerveza clara como una Helles bávara. Si te apetece un acompañamiento, un pequeño Brezel o una ensalada de rúcula con mostaza bávara encajan a la perfección.
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Consejos y variaciones del chef

Una sopa como la Zwiebelsuppe puede adaptarse a diferentes estilos regionales de Alemania. En Berlín, por ejemplo, hay quien le añade un toque de cerveza negra en lugar de vino para un fondo más amargo. En otras zonas, se espesa ligeramente con un poco de harina antes de incorporar el caldo, lo que da como resultado una textura más robusta.

Si prefieres una versión más vegetariana, sustituye el caldo de carne por uno de verduras asadas y añade un toque de salsa de soja para compensar la profundidad de sabor. También puedes experimentar con quesos como el Bergkäse o incluso un camembert bávaro si buscas una cobertura más cremosa.

Una recomendación profesional: si preparas el caldo el día anterior y lo dejas reposar en la nevera, su sabor se intensificará. Del mismo modo, la sopa mejora al día siguiente, por lo que puedes hacer más cantidad y disfrutarla varias veces.


Consejos y variaciones del chef

La Zwiebelsuppe es tan versátil como deliciosa. Algunas regiones de Alemania como Hesse sustituyen el vino blanco por sidra local (Apfelwein), lo que añade un punto ácido muy interesante. También puedes convertir esta sopa en plato principal si duplicas la cantidad de pan y queso por cuenco, haciendo un “gratinado doble”.

Otra opción sabrosa es añadir unas virutas de salchicha Mettenden dentro del caldo, lo que le dará un toque ahumado espectacular. ¿Vegetariano? Cambia el caldo por uno de verduras asadas y acompaña con queso camembert alemán en lugar de Emmental. Otro acompañamiento puede ser las tortitas de patatas conocidas como Kartoffelpuffer.

En términos de maridaje, tanto un Riesling seco como cualquier cerveza alemana hacen una excelente combinación, disponibles en nuestra sección de bebidas.

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