Alemania es un país de contrastes donde la historia se mezcla con la modernidad, y su arquitectura refleja siglos de cultura, conflictos y progreso. Desde castillos de cuento de hadas hasta imponentes estructuras de acero y vidrio, los monumentos alemanes son una ventana a su pasado y presente. Pero si hay algo que complementa cada visita a estos sitios icónicos, es la gastronomía.
Cada ciudad tiene su propio carácter culinario, y los platos típicos reflejan la identidad de la región. En este recorrido, no solo conocerás algunos de los monumentos más impresionantes de Alemania, sino que también descubrirás los sabores tradicionales que los acompañan.
1. La Puerta de Brandeburgo (Berlín)
Historia, unidad y un Currywurst en la mano
La Puerta de Brandeburgo es el emblema de Berlín y uno de los monumentos más icónicos de Alemania. Construida en 1791 por orden del rey Federico Guillermo II de Prusia, esta imponente estructura neoclásica de 26 metros de altura ha sido testigo de algunos de los eventos más importantes de la historia europea.
Durante la Guerra Fría, la Puerta de Brandeburgo quedó atrapada en la “tierra de nadie” entre Berlín Este y Oeste, simbolizando la división del país. Pero tras la caída del Muro de Berlín en 1989, se convirtió en el epicentro de la reunificación alemana. Hoy, es un lugar de encuentro para celebraciones nacionales, como la Nochevieja y la final del Mundial de Fútbol de 2014, cuando Alemania se proclamó campeona.
¿Qué comer en Berlín?
Si caminas por Berlín, verás innumerables puestos de Currywurst, la comida callejera más emblemática de la ciudad. Se trata de una salchicha cocida o asada, cortada en trozos y bañada en una salsa de tomate especiada con curry. Si quieres saber más lee nuestro post: La historia de la Currywurst
Si quieres replicar este clásico en casa, en Kommen encontrarás auténticas salchichas alemanas y mostazas tradicionales para prepararlo como un verdadero berlinés.
2. La Catedral de Colonia
Majestuosidad gótica y un brindis con Kölsch
Con más de 600 años de construcción, la Catedral de Colonia (Kölner Dom) es una de las iglesias góticas más impresionantes del mundo. Sus torres de 157 metros la convierten en la tercera catedral más alta del planeta, y su interior alberga las reliquias de los Tres Reyes Magos, lo que la convierte en un importante lugar de peregrinación.
Curiosamente, la catedral fue uno de los pocos edificios que sobrevivió a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, aunque sufrió daños menores. Durante la guerra, fue utilizada como un punto de referencia para los pilotos aliados debido a su visibilidad desde el aire.
¿Qué beber en Colonia?
Colonia es la cuna de la Kölsch, una cerveza de color dorado claro y sabor suave que se sirve en vasos delgados llamados «Stangen». Según la tradición, los camareros (conocidos como «Köbes») te siguen sirviendo más cervezas hasta que coloques un posavasos sobre el vaso para indicar que ya has tenido suficiente.
Si quieres probar una buena Kölsch, en Kommen tenemos una selección de cervezas alemanas perfectas para maridar con una tabla de quesos o embutidos.
3. El Castillo de Neuschwanstein
Un palacio de cuento con un postre imperial
El Castillo de Neuschwanstein, ubicado en Baviera, parece sacado de un cuento de hadas. Inspiró el castillo de Disney y fue mandado construir por el rey Luis II de Baviera en el siglo XIX. Aunque parece un castillo medieval, en realidad incorpora comodidades modernas para su época, como calefacción central y un sistema de llamadas para los sirvientes.
Luis II, conocido como el “Rey Loco”, era un apasionado de la música de Richard Wagner, y cada rincón del castillo está inspirado en sus óperas. Sin embargo, el monarca apenas vivió en el castillo, ya que fue declarado mentalmente incompetente y murió en circunstancias misteriosas antes de que la construcción se completara.
¿Qué comer en Baviera?
La repostería bávara es tan espectacular como sus castillos. Un postre típico de la región es el Strudel de Manzana (Apfelstrudel), una masa fina rellena de manzana, canela y pasas, acompañada de nata o salsa de vainilla.
Si quieres hacer esta delicia en casa, te compartimos la receta tradicional del strudel de manzana para chuparse los dedos.
4. El Muro de Berlín
Historia y una Berliner Weisse para celebrar la libertad
El Muro de Berlín dividió la ciudad entre 1961 y 1989, convirtiéndose en el símbolo más tangible de la Guerra Fría. Su caída el 9 de noviembre de 1989 fue un momento clave en la historia contemporánea, y hoy en día, la East Side Gallery conserva una parte del muro convertida en una galería de arte al aire libre.
Entre las pinturas más famosas de la galería está el «Beso fraternal» entre Leonid Brézhnev y Erich Honecker, una representación artística de un famoso gesto entre líderes comunistas.
¿Qué beber en Berlín?
Una bebida tradicional de la capital alemana es la Berliner Weisse, una cerveza de trigo ácida que se sirve con siropes de frambuesa o aspérula para suavizar su sabor. Napoleón la llamó “el champán del Norte” debido a su frescura y burbujas.
5. El Reichstag
Democracia, transparencia y una Kartoffelsalat bien servida
El Reichstag, sede del parlamento alemán en Berlín, es un edificio cargado de simbolismo. Su cúpula de cristal permite a los visitantes caminar en espiral hasta la cima, representando la transparencia de la democracia alemana.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el Reichstag sufrió graves daños y permaneció abandonado durante décadas hasta que, tras la reunificación alemana, fue restaurado por el arquitecto Norman Foster. Hoy, es uno de los edificios más visitados de Berlín.
¿Qué comer cerca del Reichstag?
En Berlín y en el norte de Alemania, uno de los acompañamientos más populares es la Kartoffelsalat, una ensalada de patatas con pepinillos y mostaza. En el sur, en Baviera, la receta varía y se sirve caliente con caldo y trozos de bacon.
Si quieres preparar esta ensalada en casa, te dejamos la receta en nuestro blog: Ensalada de Patata Alemana.
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